Bill Monroe era un hombre de mirada limpia. Tal vez la pérdida de sus padres cuando era un adolescente fue el motivo de que sus ojos azules no encerrasen maldad nunca más. O puede que, como en tantas otras ocasiones, William Smith Monroe [Rosine, KY - 1911] fuese simplemente un buen hombre.
En casa toda su familia tocaba un instrumento, y eso llevó al joven Bill a aprender a tocar la mandolina cuando no alcanzaba los diez años de edad, ya que éste era el único instrumento que ni sus padres ni sus hermanos dominaban. Su tío, Pendleton Vandiver, se hizo cargo del pequeño tras la muerte de sus padres, y de su mano introdujo a Bill en la escena musical local, tocando en bailes y celebraciones populares. En esta época Bill Monroe todavía acompañaba a su tío tocando la guitarra, y gracias a éste último conoció a un músico afroamericano del que aprendió la base para desarrollar su propio estilo: Arnold Schultz. En palabras del propio Bill: "Arnold Schultz era un auténtico músico. Ningún otro hombre de color tocaba el blues como él".
Y como las leyendas se forjan a fuego lento, Bill Monroe compaginó sus apariciones en shows y radios locales con el trabajo en una refinería de Indiana durante la Gran Depresión. A lo largo de la década de los años ´30 Bill Monroe intentó hacerse un nombre en la escena country con The Monroe Brothers (junto a sus hermanos Birch y Charlie) y The Kentuckians; pero su relevancia no fue suficiente para que esos proyectos prosperasen. Intercalaron giras promocionales, grabaciones en RCA y apariciones en radios estatales; sin embargo, su sonido todavía era muy similar al de otras string bands de la época.
En 1938 cada hermano tomó su propio camino, y Bill Monroe formó la base de la banda de bluegrass más mítica de la historia: The Blue Grass Boys. En el año ´39 fueron invitados a una audición para el Grand Ole Opry de donde ya nunca se marcharon. Poco a poco, la técnica a la mandolina de Bill junto a su voz clara y aguda fueron tomando el liderazgo de la formación conformando un sonido diferenciado dentro del country tradicional.
En 1945 se incorporan al grupo Flatt Scruggs (guitarra y voz) y Earle Scruggs (banjo), y junto al violinista Chubby Wise y el bajista Cedric Rainwater el sonido bluegrass había encontrado su expresión más genuina. Ritmos endiablados, armonías vocales y una mandolina de virtuosismo sin igual sirvieron de base para que desde ese año Bill Monroe y The Blue Grass Boys iniciaran su auténtica eclosión a nivel nacional. Esta formación grabó para Columbia Records algunos de los temas que entrarían por derecho propio en la historia del género.
Esta banda legendaría sólo duraría tres años, hasta que en 1948 Flatt y Earle deciden formar su propio grupo: The Foggy Mountain Boys. Por su parte, Bill Monroe apostó por recuperar su época dorada con una formación renovada, revisitando algunos de los clásicos más populares del bluegrass y grabando temas tan míticos como el dedicado a su tío Pendleton: Uncle Pen.
Bill Monroe tenía fama de metódico y disciplinado, y durante los ´50 no fueron pocos los músicos que pasaron por su formación y chocaron con su carácter. Cuenta la leyenda que el viejo Bill canceló un concierto en el Carnegie Hall porque consideraba a su promotor un comunista: el también mítico Alan Lomax. Una vida curtida por la necesidad y el dolor hace más fácil entender el carácter de Monroe, quién en raras ocasiones concedía entrevistas o participaba en apariciones televisivas.
En este repaso sincero por los sonidos del country, Bill Monroe tiene un lugar privilegiado como padre del bluegrass, y lo que es más importante: su legado ya forma parte del imaginario colectivo. Su mandolina, única y genuina, curtida por el paso del tiempo, quedará para siempre vinculada a su figura.
Así es el bluegrass, y así lo describió el hombre de la mirada limpia:
“It´s a hard drive to it. It’s Scotch bagpipes and old-time fiddlin’. It’s Methodist and Holiness and Baptist. It’s blues and jazz and it has a high lonesome sound. It’s plain music that tells a story. It’s played from my heart to your heart, and it will touch you.”
Bill Monroe
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